Esta mañana ha nevado.
Aún no comprendo por qué los copos me dan alegría, verlos, caer, a través del cristal.
En la calle, haciendo el camino a mi destino, me da un no sé qué, que me da vidilla.
Mientras me encendía esta especie de alegría, en la otra punta de la ciudad ella florecía.
Bella y suntuosa, prontuna y cariñosa.
La decimos así:
"¿Acaso no notáis que las flores escasean cada vez más con el paso del tiempo? Es probable que sus sabi*s hayan aconsejado la huida hasta que las personas se vuelvan más humanas. Sin duda han emigrado al cielo.
Ensalcemos a la persona que dedica su tiempo al cultivo de las plantas. La gente que cuida flores en tiestos se muestra más humana que el verdugo de las tijeras. Vivimos con ternura su inquitud por los periodos de lluvia y sol, su lucha contra los parásitos, su temor a las heladas, su ansiedad cuando se demora la eclosión los capullos, y su alegría al fin cuando las flores muestran toda su belleza."
La Ceremonia del Té japonesa, Kakuzo Okakura
(Cha no Yu)
Hoy es día de Alegría:
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