sábado, 24 de noviembre de 2012

Unos días antes

Aquí estoy tras las sesiones de hoy, con Isabel,  Cuqui,  María y con todo el grupo. No se cómo explicar cómo me activan determinados encuentros, y el motor, transformado en generador que me hace sentir dentro.

Y sí, ¿será el día?, ¿será la percepción de ello?, o la relación con la duración, con ese tiempo experiencial, con la suspensión o pequeños momentos de arrebato diario, jaja.

El estar ahora sola, frente a mí, hace que me vengan, que pueda degustarlos una petit more time.

Voy ordenando poco a poco este puzzle, jugando, con vista de pájaro y aún sin ser consciente del todo cuál es exactamente, o cuán grande el terreno de juego en el que me estoy moviendo. Esto, lejos de generarme algún tipo de estupor, por algún motivo, me tranquiliza y hace sentir confiada. Aunque los disloques son varios y de manera contínua, aunque aún ni llego a masticar esto que me está alimentando, sé que estoy en el camino.

Tengo ganas de correr alrededor como loca con los brazos abiertos. Y sentir el aire circular alrededor. En mi cara. Una sonrisa esbozada. Que me atraviese y recorra la experiencia. Y entregarme.

Estoy sentada delante del ordenador, en la silla ergonómica de rodilla encogida. Con la tripa tranquila. Percibo como el vientre está entrando en otras. No está exageradamente abultadado, ni hinchado, pero puedo decir que no es el mismo que el resto del ciclo. Esta diferencia me es clara. A ratos una señal suave avisa desde los riñones. Y algo se debe de estar colocando ahí dentro, es como si el estómago se desplazara ligeramente hacia arriba. Empieza esa suave presión conocida sobre la boca de mi estómago. Y claro, cómo sino. Después de la sesión lo traduzco en que son algo así como pequeñas "coreografías internas" de mi organismo preparándose. Imagino las relaciones entre las vísceras y órganos, entre los ovarios, a punto de abrir la compuerta para compartirme esa sustancia esencial de mi cuerpo, esa suerte de medicamento o remedio maravilloso. Me hace mucha gracia ahora sentirme, y pensarme como como un laboratorio de alquimia interno.

Si todo va bien menstruo el lunes. Dos días antes de la luna llena de Noviembre. El mes pasado fue justo un día antes de la luna llena. En octubre menstrué dos veces, a principios y a finales, ya que la luna llena de Septiembre fue el último día del mes, el 30. En Septiembre fué el día 2 que empecé, ya la llena de Agosto fue el 31, que había un lunote espectacular, aún lo recuerdo desde el balcón de casa de Villi y Mónica. Esto quiere decir, que en las últimas menstruaciones ha estado oscilando mi comienzo entre un par de días antes, uno o un par después de las lunas llenas. Sí este mes llega cuando la espero, de hecho, quedaría en tablas la cosa, 4 mesntruaciones, 2 con comienzo antes, dos con comienzo después. No sé por qué llevo todo el día con malhumor interno, una especie de bronca no sé con qué. Entrando en mi fase vieja bruja. Todo ha sido amable hoy, pero estaba enfadaba por dentro, incluso cuando al atardecer del sol, reflajaba en mis ojos en el Reina. Incluso aunque la imagen que me ofrecía era bella.

Como ya he comentado hoy, desde la presentación del Labofilm de Olga Mesa (and company), estoy leyendo "A veces me pregunto por qué sigo bailando". Qué según estoy entendiendo es una propuesta a que diferentes ersonas reflexionen en torno a la intimidad. De momento inmersa y fascinada en el primer capítulo, leyendo a Marquerie y a su propuesta de Diario. Esto me ayuda a arrancar de una vez por todas a decir en el blog. A decir.  

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